SAMSARA




Y DESPUÉS DE TODO NADA.

Intenté comprenderte, quise conocerte.

Fue que me diste demasiado y también demasiado poco.







MI OTRO BLOG:

EL JARDÍN DE LAS MENTIRAS.

wwwtaichi.blogspot.com


Mi foto
Tanto si la oímos como si no, suena la flauta del tiempo interno. Robert Bly, book of Kabir.
Ni vivir puedo en tu ausencia,

ni vivo cuando te veo,
ni es del mundo este deseo
que consume mi existencia.

-Blanca Ríos, escritora-

sábado, 31 de diciembre de 2011


¡¡¡QUE LA FUERZA DEL DRAGÓN NOS ACOMPAÑE A TODOS!!!

domingo, 31 de julio de 2011





Ekaterina Zagustina
a.k.a. Katja Faith, es una joven artista que nos llega desde Belgorod, Russia.
Katja trabaja la ilustración digital y la fotografía, creando un mundo onírico, surrealista y oscuro con sus composiciones. Con un exquisito empleo del color, sus imágenes nos permiten viajar a través de un mundo de fantasía donde ella se mueve con total soltura.
No pierde de vista la inocencia, aunque esta se encuentra en medio de un paraje algo desolador donde las pesadillas también forman parte de lo cotidiano.

Links:
algunas imagenes las obtuve de
http://www.enkil.org/

y otras de Google (apartado Imagenes, indicando nombre artista).

Web de la artista:

http://katjafaith.livejournal.com/






























sábado, 30 de julio de 2011

EL ANDÉN. 1ª PARTE.

EL ANDÉN
CON TEMEROSO TIENTO, ALDARA REBUSCÓ EN UN RINCÓN DE AQUEL CAJÓN AQUELLO QUE CASI HABÍA OLVIDADO.
SU MIRADA Y SUS MANOS QUEDARON INMÓVILES CUANDO BAJO UN LEGAJO DE CARTAS, ENVUELTO EN PAPEL DE SEDA Y PRIMOROSAMENTE ATADAS CON LAZO AZUL, ALDARA POR FIN ENCONTRÓ AQUELLO QUE ANDABA BUSCANDO.
Y SUS JÓVENES PERO YA DOLORIDAS MANOS TEMBLARON AL SACAR CUIDADOSAMENTE DEL INTERIOR DEL CAJÓN LO QUE BUSCABA.
CON ALGO DE IMPACIENCIA Y CRECIENTE TEMOR; ALDARA DESENVOLVIÓ EL PAPEL DE SEDA:
AHÍ ESTABA. DONDE LO HABÍA DEJADO...
...TODITO HECHO AÑICOS COMO CRISTAL ROTO Y AÚN LATIENDO, ALDARA SOSTENÍA ENTRE SUS MANOS SU PROPIO CORAZÓN.
CERRANDO LOS OJOS, ALDARA SINTIÓ QUE EN UN INSTANTE VOLVÍAN A SU MEMORIA AQUELLOS OLORES Y SONIDOS DEL DÍA DE SU VIDA EN EL QUE CAMBIÓ TODO PARA SIEMPRE Y QUE NI EL TIEMPO PODRÍA RELEGAR AL OLVIDO.
EN AQUELLA TARDE DE INVIERNO EN LA QUE TODAVÍA HACÍA SOL, EL AIRE ARRASTRABA LAS ÚLTIMAS HOJAS SECAS DEL OTOÑO Y ALGÚN QUE OTRO PAPEL POR EL ANDÉN EN LA ESTACIÓN DE TREN DEL PEQUEÑO PUEBLO RURAL.
LA CHICA, UNA ADOLESCENTE DE DIECISÉIS AÑOS CON ENORMES Y NEGROS OJOS DE CERVATILLO Y PELO OSCURO, SE COLOCÓ BIEN EL LADEADO GORRITO DE LANA AZUL Y SONRIENDO, SE ARREBUJÓ DENTRO DEL ABRIGO DE PAÑO ROJO.
SOLA, SENTADA EN EL BANCO DE HIERRO FORJADO CON LA PEQUEÑA MALETA DE VIAJE GRIS PEGADA JUNTO A SUS PIES; CADA CINCO MINUTOS MIRABA EL ENORME RELOJ QUE HABÍA SOBRE LA VENTANILLA DEL REVISOR.
LLEVABA MÁS DE MEDIA HORA ESPERANDO EL TREN QUE LE LLEVARÍA A LA CAPITAL.
LA DESPEDIDA HABÍA SIDO DURA.
SU MADRE PAÑUELO EN MANO Y CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS, LE ROGÓ UNA Y OTRA VEZ QUE TUVIESE CUIDADO. SU PADRE, IMPETERRITO, AGUANTABA LA PENA QUE LE CAUSABA VER A SU PEQUEÑA PARTIR PARA NO VOLVER.
PERO ELLA ESTABA DECIDIDA.
ALLÍ EN EL PUEBLO SU INQUIETO ESPÍRITU ACABARÍA MURIENDO COMO PÁJARO ENJAULADO. Y ELLA TANÍA TANTOS SUEÑOS QUE HACER REALIDAD...
SI MARCHABA, EL HORIZONTE SE ABRIRÍA PARA ELLA EN INFINITAS POSIBILIDADES.
Y SUS PADRES, QUE HABÍAN COMPRENDIDO SU ESPÍRITU INQUIETO Y SOÑADOR, RESPETARON SU DECISIÓN DE MARCHARSE.
LES DIJO QUE LES QUERÍA MUCHISÍMO Y QUE LES ESCRIBIRÍA NADA MÁS ESTUVIESE INSTALADA. DESPUÉS MONTÓ EN EL AUTOBÚS RURAL QUE LE LLEVARÍA A LA ESTACIÓN DEL TREN.
EL AIRE JUGETEÓ CON EL FLEQUILLO DE LA JOVEN Y ELLA SUSPIRÓ.
DON REGIO, EL CURA, LE HABÍA CONSEGUIDO UN TRABAJO DE COSTURERA EN LA FÁBRICA TEXTIL. EN CUANTO LE DIESEN LA PRIMERA PAGA, ENVIARÍA LA MITAD DEL DINERO A SUS PADRES PARA AYUDARLOS EN LOS GASTOS DE LA CASA QUE CAÍA DE VIEJA.
JUNTO A LA FÁBRICA HABÍA UNA CASA CUYA DUEÑA HOSPEDABA A LAS CHICAS QUE TRABAJABAN ALLÍ Y DON REGIO TAMBIÉN SE HABÍA PROCURADO QUE ALDARA TUVIESE UNA HABITACIÓN EN ALQUILER AL LLEGAR. EL BUENO DE DON REGIO, QUE SIEMPRE LA ALENTÓ A QUE HICIESE REALIDAD TODOS SUS SUEÑOS.
ELLA NO NECESITARÍA MUCHO PARA VIVIR EN LA CIUDAD.
MIRÓ A LA LEJANÍA, EN LA DIRECCIÓN EN LA QUE HABRÍA DE APARECER EL TREN QUE LA HARÍA ESTAR MÁS CERCA DE SUS SUEÑOS.
ESTABA NERVIOSA, SÍ. PERO NO TENÍA MIEDO: ELLA ERA ACTRIZ, UNA GRAN ACTRIZ. SIEMPRE SUPO QUE LO ERA. SU CORAZÓN JAMÁS LE MINTIÓ SOBRE ELLO.
SÓLO QUE NECESITABA ESTUDIAR Y PREPARARSE A CONCIENCIA PARA SER LA MEJOR ACTRIZ DEL MUNDO. Y PARA ESO, NECESITABA ENCONTRAR UNA BUENA ACADEMIA DE INTERPRETACIÓN. ALDARA PENSABA TRABAJAR MUY DURO EN ESA FÁBRICA TEXTIL PARA AHORRAR EL DINERO CON EL QUE PAGAR LA ACADEMIA.
ALDARA PARPADEÓ CUANDO EL SILBIDO DEL TREN LA DESPERTÓ DE SUS SUEÑOS. ¡YA LLEGABA!
CON UN BRINCO IMPACIENTE SE LEVANTÓ DEL BANCO EN EL QUE ESTABA SENTADA Y AGARRÓ CON FUERZA LA PEQUEÑA MALETA GRIS.
MECÁNICAMENTE INTRODUJO LA MANO EN EL BOLSILLO DEL ABRIGO: EL BILLETE ESTABA AHÍ Y EL PAÑUELO DONDE SU MADRE LE HABÍA ENVUELTO LAS MONEDAS, TAMBIÉN.
A LO LEJOS, PUDO VER YA COMO EL TREN SE ACERCABA. ¡LE LATÍA TAN RÁPIDO EL CORAZÓN!
EL TREN PARÓ FRENTE A ELLA POCOS MINUTOS DESPUÉS, Y ALDARA SUSPIRÓ.
CON PASO DECIDIDO, SUBIÓ LAS TRES ESCALERILLAS QUE LA SEPARABAN DEL VAGÓN:
-BUENAS TARDES- LE SALUDÓ EL REVISOR. -EL BILLETE, POR FAVOR-
ALDARA LO SACÓ DEL BOLSILLO Y SONRIENTE, MIRANDO AL HOMBRE DESDE LA OSCURIDAD DE SUS OJOS DE CERVATILLO, SE LO ENTREGÓ.
EL RETROVISOR FIJÓ INVOLUNTARIAMENTE LA MIRADA EN EL ROSTRO DE ALDARA ATRAÍDO POR SU CÁNDIDO MAGNETISMO Y, NERVIOSO, CARRASPEÓ.
-GRACIAS, QUE TENGAS BUEN VIAJE- LE DIJO DEVOLVIÉNDOLE EL BILLETE DESPUÉS DE UN VISTAZO RÁPIDO.
ALDARA SIEMPRE CAUSABA EL MISMO EFECTO SÓLO CON MIRAR, Y YA EN EL PUEBLO, ELLA SE DIÓ CUENTA DE ESO SIENDO MUY NIÑA. Y AÚN NO SABÍA MUY BIEN PORQUE, PERO EL EFECTO EN LOS HOMBRES, ERA AÚN MAYOR.
SONRIENTE, SE DIRIGIÓ A LA PARTE DEL VAGÓN DONDE ESTABA EL ASIENTO CORRESPONDIENTE A SU BILLETE. EL VAGÓN NO ESTABA MUY LLENO, Y EL ASIENTO CONTIGUO AL SUYO; LO OCUPABA UNA ANCIANA DE MIRADA NOSTÁLGICA QUE LE SONRIÓ, CUANDO ALDARA COLOCÓ LA MALETA EN EL ALTILLO Y SE SENTÓ DIRIGIÉNDOLE UNA SONRISA Y UN “¡HOLA, BUENAS TARDES!”.
ALDARA SUSPIRÓ, CON UNA MEZCLA DE NERVIOSISMO Y ALIVIO CUANDO EL TREN COMENZÓ SU MARCHA Y EL TRAQUETEO EMPEZÓ A SER CONTINUO. EL VIAJE, SÓLO SERÍA DE TRES HORAS.
LOS HERMOSOS OJOS DE CERVATILLO DE ALDARA SE FIJARON, ENTONCES, EN EL PAISAJE QUE LA VENTANILLA DEL TREN LE OFRECÍA.
... LOS ALAMOS YA CASI SIN HOJAS, LOS ABETOS RECIOS, LA TIERRA ROJA, EL CIELO AÚN AZUL, LOS RAYOS DEL SOL INVERNAL QUE ENTIBIABAN SUS ILUSIONES... Y QUE PARECÍAN CANTAR AL SON DE SU CORAZÓN...
-¿QUIERES UN POCO?-OYÓ DECIR A LA ANCIANA.
ALDARA OBSERVÓ EL REGAZO DE LA MUJER. SOBRE ÉL, ENCIMA DE UN TRAPO BLANCO HABÍA UN ESPONJOSO TROZO DE BISCOCHO CASERO Y VARIAS ONZAS DE CHOCOLATE NEGRO.
ALDARA DUDÓ, NO ESTARÍA BIEN COMER DE LO QUE AQUELLA ANCIANA TENÍA PARA TOMAR DURANTE EL VIAJE. Y AUNQUE ALDARA GUARDABA ALGO DE FRUTA, PAN Y QUESO EN LA MALETA; SU ESTÓMAGO SE HIZO NOTAR AL VER AQUELLO.
-ANDA TOMA, MUJER. NO TENGAS PENA... AQUÍ HAY SUFICIENTE PARA LAS DOS-LE DIJO LA ANCIANA DÁNDOLE UN POCO DE BISCOCHO Y CHOCOLATE.
-GRACIAS. ME LLAMO ALDARA-DIJO ELLA ACEPTÁNDOLOS.
-EL MÍO ES ANA...¿VAS A LA CIUDAD?-LE PREGUNTÓ LA MUJER DÁNDOLE UN MORDISCO AL BIZCOCHO.
-SÍ. QUIERO SER ACTRIZ...¡UHMMM! ¡ESTO ESTÁ BUENISÍMO, DOÑA ANA!-
-GRACIAS, HIJA. LO HICE ESTA MAÑANA... ¿ACTRIZ?-
-SÍ, SEÑORA. EN LA CIUDAD PODRÉ ESTUDIAR PARA SER UNA GRAN ACTRIZ-
¡QUÉ COSAS SANTO DIOS!-EXCLAMÓ LA MUJER AGITANDO EL BLANCO CABELLO AGARRADO EN UN MOÑO BAJO.
-¿VA USTED TAMBIÉN A LA CIUDAD, SEÑORA ANA?-
-A LA CIUDAD QUE VOY YO TAMBIÉN, HIJA. A LA CASA DE MI HIJO, QUE MI NUERA ESTÁ A PUNTO DE PARIRME OTRO NIETO. Y YA VES, HACE FALTA QUE LA ABUELA SE QUEDE CON EL NIETO MAYOR...-
-¿VA A SER USTED ABUELA OTRA VEZ? ¡PERO ESO ES FANTÁSTICO!-
LA MIRADA DE LA ANCIANA RETORNÓ NOSTÁLGICA NUEVAMENTE:
-SI NIÑA, LO ES. LO QUE NO ES TANTO... ES QUE SE ACUERDAN DE LA ABUELA SÓLO CUANDO A MI HIJO LE HACE FALTA...-
ALDARA ADIVINÓ LÁGRIMAS EN LOS OJOS DE LA MUJER MIENTRAS SUS TEMBLOROSAS MANOS SE LLEVABAN OTRO TROZO DE BIZCOCHO. CON UN ESPONTÁNEO GESTO DE CARIÑO, LAS MANOS DE ALDARA SOSTUVIERON LAS DE LA ANCIANA.
LA MUJER LA OBSERVÓ AGRADECIDA. ¡QUÉ OJOS MÁS SINCEROS Y VIVOS LOS DE ESA NIÑA!
-DIOS TE BENDIGA, LINDA. MI VIAJE VA A SER DE LO MÁS INTERESANTE-
...
ALDARA NO ESTABA PREPARADA PARA EL CACAFÓNICO Y ACELERADO MOVIMIENTO DE LA ESTACIÓN DE TREN DE LA CAPITAL. SUS OJOS ABSORVÍAN TODO CUANTO VEÍA COMO DOS ESPONJAS. LA VIVEZA Y EL BULLICIO PARECIERON DARLE LA BIENVENIDA.
NO SE IMAGINABA LO ENCANTADORA QUE RESULTABA A LOS DEMÁS. LA FUERZA INTERIOR DE ALDARA ERA TAN NÍTIDA Y CARENTE DE ARTIFICIO, QUE SIN PRETENDERLO, TERMINABA POR MANIFESTARSE EN CADA UNO DE SUS GESTOS... AL APARTARSE UN MECHÓN DE PELO DE LA CARA, AL MIRAR Y FIJAR LA VISTA LLENA DE ASOMBRO, AL SONREÍR... INCLUSO AL CAMINAR.
Y LAS PERSONAS CON LAS QUE SE CRUZABA EN LA ESTACIÓN, AL MIRARLA PASAR POR SU LADO; ACABABAN PREGUNTÁNDOSE A SÍ MISMOS PORQUE AQUELLA DESCONOCIDA LES ATRAÍA DE AQUELLA MANERA.
CUANDO ATRAVESÓ LAS PUERTAS DE LA ESTACIÓN Y LA CIUDAD SE ABRIÓ EN ACTITUD DE ENTREGA ANTE ELLA; OLORES, COLORES Y SONIDOS PENETRARON POR CADA PORO DE SU PIEL EMBRIAGÁNDOLA. SU ROSTRO REFLEJABA TAL ÉXTASIS Y SU OSCURA MIRADA REFLEJABA EMOCIÓN TAN INTENSA, QUE TODA ELLA PARECIÓ BRILLAR.
POCO ANTES SE HABÍA DESPEDIDO DE DOÑA ANA. EL HIJO HABÍA ENVIADO A UN RECADERO A RECOGERLA. LA ANCIANA ABRAZÓ CON FUERZA A ALDARA ASEGURÁNDOLE QUE JAMÁS LA OLVIDARÍA. DESPUÉS ESCRIBIÓ EN UN PAPEL LA DIRECCIÓN DE SU HIJO Y SE LO ENTREGÓ A LA JOVEN: "POR SI SE TE OCURRE HACERME UNA VISITA ANTES DE QUE VUELVA AL PUEBLO" LE COMENTÓ.
CON ANDAR ÁGIL Y FRESCO Y MALETA EN MANO, ALDARA CAMINÓ HASTA LA PARADA DE TAXIS QUE HABÍA JUNTO A LA ESTACIÓN:
-DISCULPE... ¿LA CALLE EL FAROLILLO, POR FAVOR?-PREGUNTÓ SONRIENTE AL PRIMER TAXISTA QUE VIÓ.
-NO ESTÁ LEJOS, CHICA... PERO SI ERES NUEVA EN LA CIUDAD, LO MEJOR ES ALARGARTE HASTA LA PARADA DE AUTOBUSES Y PREGUNTARLE AL CONDUCTOR...-CONTESTÓ EL HOMBRE COLOCÁNDOSE DERCHA LA GORRA DE PANA MARRÓN.
LA MIRADA DE ALDARA SE ENSOMBRECIÓ:
-TIENE USTED RAZÓN. ACABO DE LLEGAR, NO SABRÍA LLEGAR A LA PARADA DE AUTOBUSES...-
EL TAXISTA SONRIÓ:
-¡ALA, VENGA; QUE TE ALARGO YO!-
ELLA LE MIRÓ ESPERANZADA, PERO SU SONRISA SE APAGÓ RÁPIDAMENTE:
-¡OH, NO PUEDO. GRACIAS! TAL VEZ EL DINERO NO ME LLEGE, ¿SABE? SERÍA UNA FAENA Y UNA SITUACIÓN BASTANTE INCÓMODA PARA AMBOS, ¿NO CREE?-
"¡QUÉ CHICA MÁS SINCERA!" PENSÓ EL TAXISTA OBSERVANDO SUS PROFUNDOS OJOS GRANDES Y NEGROS COMO LOS DE UN CERVATILLO. Y ENTONCES, SIN SABER PORQUE, SE OYÓ DECIR:
-VENGA SUBE. POR ESTA VEZ, NO TE COBRO EL TRAYECTO-
LA SONRISA DE ALDARA ILUMINÓ SU ROSTRO Y EL TAXISTA, AGRADECIÓ ESA SONRISA.
-¿LO DICE EN SERIO?-
EL TAXISTA ASINTIÓ CON LA CABEZA.
-¡QUÉ AMABLE!-EXCLAMÓ ALDARA ENTRANDO EN LA PARTE DE ATRÁS Y COLOCANDO LA MALETA GRIS JUNTOA ELLA.-NO OLVIDARÉ ESTO NUNCA, DE VERAS Y CUANDO SEA FAMOSA, LE PAGARÉ EL DOBLE... YA VERÁ-
-¿FAMOSA?-PREGUNTÓ EL TAXISTA RIENDO.
-NO LO DUDE. VOY A SER LA ACTRIZ MÁS FAMOSA DEL MUNDO Y ENTONCES LE CONTRATARÉ PARA QUE SEA MI CHÓFER PERSONAL Y GANARÁ TANTO DINERO QUE NO PODRÁ NI CONTARLO...
LA RISA ESTETÓREA DEL TAXISTA SE OYÓ POR ENCIMA DEL SONIDO DEL MOTOR DEL TAXI.
...
EL AUTOBÚS LA DEJÓ JUSTO FRENTE A LA FÁBRICA TEXTIL, EN LA MISMA CALLE EL FAROLILLO:"CÍA. TELAS VARGAS E HIJOS, SL".
ERA UN EDIFICIO DE PIEDRA BEIGE Y RECIO, CON VENTANAS ENREJADAS Y UNA GRAN PUERTA GRIS. EL EDIFICIO ESTABA RODEADO POR UNA CANCELA DE GRUESOS BARROTES NEGROS. DE LAS DOS CHIMENEAS SALÍA UN ESPESO HUMO BLANCUZCO QUE SE FUNDÍA CON EL RADIANTE CIELO AZUL.
ALDARA LO OBSERVÓ CON ALGO DE APRENSIÓN, PROMETIÉNDOSE A SÍ MISMA, QUE TRABAJARÍA EN ESE LUGAR SÓLO EL TIEMPO NECESARIO PARA PODER PAGARSE LA ACADEMIA DE INTERPRETACIÓN.
DON REGIO LE HABÍA DICHO QUE LA MUJER QUE ALQUILABA HABITACIONES A LAS CHICAS, SE LLAMABA DOÑA LUCÍA Y QUE SU CASA, SE ENCONTRABA A DOS CALLES MÁS ABAJO DE LA FÁBRICA EN EL PORTAL 22.

...

WLADYSLAW THEODOR BRENDA

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN8CnhzuJ8ZpYrV0FGknuYJvEFN6fQBj1OGA3f-heWT2xwKIpVoL0fn3X6kCrTjMfaMOCXoxfx4UBbijcoUOF3_-ByPQH3GPhOSbLL4_SsBu1IkGjLKMFMKWAOk4gzrf_fNhGdx2NImeRJ/s1600/0725a_gypsy.jpg

Wladyslaw Theodor Benda

Wladyslaw Theodor Benda, el ilustrador de los años 1920

W. T. Benda (1873 - 1948), bien conocido en su nativa Polonia antes de aventurarse a emigrar a los EE.UU. en 1989. Participó quedando ganador en la competencia para captar el aspecto de la "American Girl", donde Benda impuso su estilo exótico de la mujer, usando tonos pálidos verdosos en vez de las clásicas pieles blancas rosadas de Phillips, o las Chicas Christy: esto es, más oscuro, más misterioso, más extranjeros.

En 1911 logró nacionalizarse como norteamericano, Benda se dedicó principalmente a la Ilustración de cuentos cortos, publicidad, y portadas, para las revistas:






Igualmente conocido por sus máscaras talladas y diseños de vestuario, utilizados en obras de teatro y danzas (así como en sus propias pinturas), en 1944 escribió un libro dedicado a el arte de sus máscaras llamado Masks.

Su estilo es una muestra de arte clásico sincretizado perfectamente con las tendencias de la moda en Europa y Norteamérica durante la era del cine mudo.

Vitage Blog:
htt://vitage-spirit.blogspot.com

domingo, 17 de abril de 2011

PROYECTO TSUNAMI EN JAPÓN

PROYECTO TSUNAMI

PROYECTO TSUNAMI



Haiku del día
El blanco roto,
la nieve en Fukushima
desorientada ..
Cecilia.

Un deseo

Un deseo

Todas las cosas pasan en su momento ,
respetemos , debemos seguir a la naturaleza .
Momentos duros vive esta tierra.
Hoy toda ella tiembla ,
sus aguas se levantaron para cubrir a todo un pueblo

con su fuerza devastadora .


Gambatte Nijón onegai shimasu
Esfuerzate Japón por favor

Yuriko
Rosna
Onegai tomodachi

Por favor amig@ si quieres lleva a tu Blog este símbolo de buenos deseos y esfuerzo
( Imágen de la isla )


Publicado por Rosna en http://rosna-laisladeldespertar.blogspot.com/

domingo, 3 de abril de 2011

PRIMAVERA




Y MIRÓ POR LA VENTANA Y SUS OJOS QUEDARON ALLÍ, CLAVADOS. EL CIELO TAN AZUL, ESA LUZ CÁLIDA REFLEJADA A TRAVÉS DEL CRISTAL...
Y VOLÓ UNA MARIPOSA SOBRE EL TIESTO DE AMAPOLAS.
Y ELLA RESPIRÓ PROFUNDAMENTE, DEJANDO ESCAPAR LENTAMENTE EL AIRE EN SUS PULMONES. EN SU MENTE SE CONJURARON NOMBRES Y PAISAJES DE NUEVAS HISTORIAS Y RELATOS.
PORQUE ALLÁ, EN LAS PROFUNDIDADES DE SU MIRADA HABÍA DIBUJADOS SERES IRREALES QUE BUSCABAN VIDA PROPIA.
ASÍ, MIENTRAS SUS OJOS IBAN Y VENÍAN DEL ORDENADOR A LAS MONTAÑAS NEVADAS QUE OBSERVABA, COMENZÓ A ESCRIBIR...

sábado, 5 de marzo de 2011

EL CASCABEL ROJO


EL CASCABEL ROJO


Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

La joven que está parada en mitad de la acera atestada de gente de aquella caótica ciudad, tiene en su rostro una expresión ausente. No parece notar la cacofonía de voces ni la prisa de los viandantes, que tras darle algún que otro empellón; le murmuran un “disculpe” ininteligible sin siquiera detenerse. La joven no tiene más de treinta y cinco años y es de constitución esbelta. Tiene la piel atezada y un hermoso rostro que recuerdan antepasados de antiguos guerreros húngaros cabalgando por prados y bosques.

-“Volveré otra vez”-

Aunque su rostro mantiene una expresión ausente, con su mirada; en realidad, observa atentamente a lo lejos. Y observa la figura de un joven caminando delante de ella, a unos pocos metros.

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

Como en trance, la joven camina de nuevo y acelera el paso para acercarse más a él. Estirando el brazo, le toca el hombro. Mientras éste se gira, el tiempo parece ir tan despacio, que la joven casi tiene la sensación de que se ha detenido.

Cuando al fin el joven termina de girarse, ella le mira pensativa. No había cambiado absolutamente nada. No había en él ningún signo de haber envejecido. Seguía teniendo la misma mirada osada y la misma sonrisa de pícara diversión. Su piel morena, como la de ella, aún conservaba el elixir de la juventud. Parecía que seguía teniendo veintitrés años. Ella baja la mirada hacia el bolsillo de su chaqueta vaquera. Ahí está: atado con un lazo rojo, él continuaba llevando el extraño cascabel.

La mente de la joven viaja al pasado tan bruscamente, como hojas secas llevadas por una ráfaga de viento.

La hora punta para comprar en fin de semana denotaba un ambiente bullicioso. Un amalgama de gente de lo más variopinta iba y venía cargada con bolsas, paquetes y carros de compra, recorriendo los distintos pasillos de BUYPLUS; unos céntricos grandes almacenes.

La niñita de no más de cinco años, que miraba confusa en todas direcciones, estaba parada y muy quieta junto al lineal de peluches. En su carita se reflejaba una pena que parecía surgirle del alma. Primero comenzó a gimotear por el miedo. Después el gimoteo dió paso a un llanto cada vez más fuerte y enojado, mientras entre chillidos llamaba a su madre. La gente, al pasar a su lado, se le quedaba mirando y seguía su camino.

Sorprendida, la niña calló bruscamente cuando vio delante de su cara una mano salida del aire que agitaba un extraño cascabel atado en un lazo rojo.

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

-“¿Te has perdido, eh?”-le preguntó el joven que frente a ella sostenía el cascabel. –“Venga, busquemos a tu mamá”-.

La niña lo observó en silencio. Se parecía mucho a su mamá y a ella. Y su mirada le dijo que confiara en él. Que no le tuviera miedo. Alzó los brazos y él la subió sobre sus hombros y juntos se dirigieron a INFORMACIÓN.

El simpático joven habló un momento con una señorita que había tras el mostrador. La niña sentada sobre él, miraba muy atenta como la amable señorita llamaba a su mamá por los altavoces. Al rato, su mamá apareció acompañada por otra señorita igual de amable que la anterior y al verla, corrió muy contenta para abrazarla. La niña sonrió y extendió sus bracitos cuando su mamá la cogió.

-“Gracias, la he buscado por todas partes”-oyó decir a su mamá. --“¿Pero cómo llegó mi hija hasta aquí?”-

-“¡Oh!, ha sido un…”-comenzó a decirle la amable señorita a su mamá callando de repente y mirando en todas direcciones.

Entonces la niña se acordó del simpático joven y cuando miró buscándolo…

no lo encontró.

-“Que extraño. Hace un instante estaba aquí. Era un chico muy agradable, ¿dónde habrá ido?”-comentó la señorita tras el mostrador.

Con el tiempo, la pequeña olvidó todo recuerdo del joven y el cascabel rojo.

El viento del pasado arrastra más hojas de tiempo en la mente de la joven, mientras a su mente continúan llegando imágenes olvidadas.

La chica de veinte años sentada dentro del autobús urbano, era estudiante. Cargaba una enorme carpeta de dibujo y una bandolera llena de libros y apuntes. Sus rasgos marcados y su piel atezada, su larga melena negra hasta la cintura y su esbelta figura; llamaban poderosamente la atención. Con una mano apoyada en la barbilla, la chica miraba pensativa la calle a través de la ventana. Alguien se sentó frente a ella.

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

Al oír el sonido, la chica se volvió y miró con indiferencia para ver de quién se trataba. Frente a ella, un joven de tez morena y rasgos exóticos la miraba a su vez con gran desfachatez. Llevaba una chaqueta vaquera de cuyo bolsillo colgaba un extraño cascabel atado con un lazo rojo. No tendría más de veintitrés años. Algo sorprendida, la chica lo observó un instante, luego continuó observando la calle por la ventana del autobús. Su mente volvía a llevarla a otro lugar y a otro día.

__________

Cargada con paquetes tras comprar en el supermercado del barrio y paralizada por el asombro, había clavado la mirada en la pareja frente a ella, esperando tal vez; una respuesta lo suficientemente convincente para sí misma:

-“Tanja… que casualidad, hija. Este es Brent, ¿sabes? Tenía ya ganas de conocerte”- murmuró su madre.

El hombre que había visto junto a su madre estuvo observándola incómodo todo el tiempo. Desde luego, la situación no resultaba nada afortunada.

Enfurecida, Tanja espetó:

-”Ah… ¿sí? ¿Y cómo supones que debo tomármelo, Marie?”-

Y sin esperar una respuesta, se giró dirigiéndose a la salida del supermercado.

Afligida, la mujer intentó retenerla:

_” ¡Espera hija!... Brent es el padre de un compañero de clase que tal vez conozcas…”-

_”Me voy a casa, Marie”-

No. Realmente, no fue una situación muy afortunada.

___________

La inquietud martilleaba en la cabeza de la chica:

-“¿Y ahora, qué digo al llegar?... Es tardísimo y no es la primera vez que ocurre. Ya no van a creerse nada, pero me resultaría bastante difícil contar en clase que he llegado tarde porque…”-un suspiro escapó de su boca. -“…he estado andando por ahí pensando en lo de sucedió aquel día”-

Algo la sobresaltó, sacándola de sus pensamientos.

Un cincuentón desgarbado y de expresión distraída; que estaba agarrado a la barra alta del autobús que había junto a su asiento, estaba magreándole el muslo con la pierna a través de la falda mientras leía el periódico. El asombro y la turbación de la chica fueron creciendo cuando el hombre insistió en el magreo:

-“¡E-e-eeh!, ¿pero que hace este? ¡…Pero qué!”-

¡BOUMP! Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

El golpe sordo seguido del sonido del cascabel hizo reaccionar a la chica, que poniéndose en pie como empujada por un resorte, salió de la pasividad que la inesperada situación le había estado produciendo.

El chico del cascabel de lazo rojo puesto también en pie tras propinarle un fuerte empellón al cincuentón; que había caído al suelo del autobús, lo observaba con intencionada y maliciosa impertinencia, mientras otros usuarios exclamaban sorprendidos.

-“¿¡Eh!?... ¿qué haces? ¿Estás loco?”-le espetó al chico intentando incorporarse. –“¡Gentuza!”-

-“¡Vaya!, disculpe hombre. Me bajo aquí, ¿sabe? ¡Tengo prisa! ¿No me oyó pedirle paso?”-respondió el chico divertido sin la menor intención de ayudarlo.

Dirigiendo una sonrisa burlona a ella le murmuró:

-“Vigila esas piernas, chica”-

Ella, intrigada, observó como el chico bajaba del autobús haciendo caso omiso a las quejas del cincuentón y a la gente que allí había cuchicheando sobre su falta de educación.

-“Bueno… ¿y qué importa? Al fin y cabo, sólo asistiría un par de horas a clase”-

Sin pensarlo dos veces, la chica se dirigió corriendo a las puertas de salida del autobús y sin perder de vista al chico a través de los cristales, se bajó justo en el momento que el conductor las cerraba tras ella.

A una distancia, en la que ella podía ver al joven sin mucho esfuerzo desde donde se encontraba, la chica comenzó a seguirlo entre el bullicio de gente que iba y venía por la calle. El joven no parecía tener prisa ni parecía dirigirse a ningún sitio en concreto. Caminaba pausadamente con las manos mentidas en los bolsillos de los pantalones.

La chica caminó a paso más rápido temiendo perderle de vista y cada vez más intrigada. Se colocó justo de tras de él.

Al pasar junto a un escaparate de productos de importación, el chico soslayó su reflejo en los cristales y girándose hacia ella, le exclamó inesperadamente:

-“¡¡EH, OYE!!... ¿Y tú a dónde vas? ¿Me estás siguiendo?”-

Tilín. Tilín-tilín. Tilín, el cascabel sonó el brusco movimiento de él.

-“¡¡AH! ¡MIERDA!!”-gritó la chica con una mano en el pecho por el susto y la sorpresa.-“… ¡ERES TODO SIMPATÍA!, ¿eh?”-

Él rió espontáneamente y con ganas:

-“Y tú tienes una lengua muy rápida, chica. Pero lo de espiar no es lo tuyo, perdona que te diga”-le contestó.

Colocándose a su lado ella le susurró:

-“Gracias”-

-“¿Gracias?”-inquirió el joven.

-Por ayudarme en el autobús-aclaró ella.

Guiñándole un ojo, él comentó:

-“¿No hubieras hecho tú lo mismo por mí…?”-

Y la miró divertido.

-“¿Cómo te llamas?”-le preguntó ella después.

-“Égon”-le respondió él sonriendo.

-“¿Pero qué nombre es ese? Suena muy lejano…”-inquirió ella con expresión boba en el rostro.

Égon le respondió envuelto en misterio:

-“Es algo antiguo. De algún lugar del norte de Europa, creo. Ya sabes, allí donde las viejas historias de brujos y espíritus aún persisten”-

-“¿Hablas en serio? ¿Eres de allí? Me gusta esa parte del norte de Europa en la que aún la gente cree en las supersticiones y en la magia”-

-“Veamos, como suele decirse; soy de todas partes y de ningún sitio. Aunque, sí; creo que mis antepasados eran de por allí. Pero soy tan viejo, que ya no lo recuerdo”-

Ella le miró seria:

-“Qué manera más extraña tienes de hablar…pero me gusta. Es fantástico poder ir por ahí sin esconder lo que eres y sabiendo a que parte del mundo perteneces. Muy pocas personas pueden decir lo mismo”-

Ambos se observaron y se reconocieron.

Los ojos de Égon eran sabedores, conocedores de algo que iba más allá del misterio de la vida. Égon parecía ahora tan viejo como le había dicho a Tanja. Los ojos de ella eran indagantes, ávidos de un conocimiento inimaginable que le fuera a ser revelado. Tanja quería saber la respuesta.

Duró tan sólo un instante de segundo.

La mirada de Égon se volvió alegre:

-“Espera, que adivino tu nombre. Te llamas… ¿Tanja?”-

Ella le miró desconfiada:

-“¿Cómo lo has sabido?”-

-“¿En serio que ese es tu nombre? Pues no sé…”- le contestó él, alzando el brazo para rascarse la cabeza.

Tras volverla a mirar otra vez fijamente continuó:

-“Tal vez sea porque tienes cara de llamarte Tanja. No te pegaría para nada que fueras una Hanna, Celine o Sophie…”-

-“Tal vez sea por Ina”-

-“¿Ina?”-

Con expresión distraída Tanja le respondió.

-“…Ahm, sí. Es mi madre. Ese es su nombre, pero no le agrada que la llamen así. Es de origen húngaro. Prefiere ser Marie, que es más convencional”-

La mirada de Égon se ensombreció:

-“No os lleváis bien, ¿eh?”-

-“¿Parece que lo lleve escrito en la frente verdad?”-

De fondo se oyó el cascabel de Égon. Tilín. Tilín-tilín- tilín.

Su sonido reconfortó a Tanja.

Permanecieron hablando durante mucho rato más. Y no fue esa la única vez que se vieron.

A partir de aquel momento y por algún motivo casi todos los días acababan encontrándose…

Y cada vez que se veían, hacían algo juntos.

-“Ehm”-

-“¿Qué?”-

-“¿No crees… que es algo extraño que nos parezcamos tanto, tú y yo? Quiero decir… Nuestra constitución. Nuestro pelo. El color de la piel”-

-“¡Claro! Ambos tenemos sangre gitana, ¿no?”-

-“¡No bromees! ¡Y fíjate!”-

Égon la observó atentamente:

-“Puede que tengamos algún parentesco lejano. O quizás seamos hermanos, tú y yo, y no lo sepamos”-

Ella le miró con suspicacia, luego su semblante se tornó serio:

-“…Tal vez. A veces me pregunto qué hubiera pasado si yo hubiera tenido un hermano y pienso¿Y si hubiera sido yo la que no naciera? Entonces no tendría que soportar tantos problemas familiares. No tendría que preocuparme por cosas tan estúpidas”-

-“Pero Tanja… ¿estás segura de esos sentimientos?”-

Ella le miró pensativa. Égon estaba extrañamente triste:

-“Llegará un día… en el que pensarás me alegro de haber nacido. Me alegro de tener una familia. Sé que llegará ese día”-

Y Tanja quedó pensando todo el día las palabras de Égon.

La tranquilidad del parque transmitía a Tanja tanta paz como era capaz de asimilar. Risas infantiles. Silencio. Un niño pequeño bebía agua de la fuente. Las copas de los árboles eran movidas suavemente por el viento. Y el cielo cruzado de nubes que era surcado por una bandada de pájaros en ese momento.

Égon y Tanja sentados en un banco rodeado de setos, observaban el cielo.

Tanja, sujetándose su oscuro pelo, agitado por la brisa; preguntó a Égon:

-“¿Qué haces durante todo el día, Égon?”-

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

Égon, mirando en la distancia mientras Tanja lo observaba, le respondió:

-“Caminar por la ciudad. Hay cosas fascinantes a cada paso”-

Intrigada, Tanja insistió:

-“… ¿Pero no estudias, ni trabajas?”-

-“No. Mira esos pájaros en el cielo. Yo me siento así”-

Tanja miró el vuelo de los pájaros con expresión soñadora:

-“¿Entonces, dónde te busco si quiero verte?”-

Con una pierna alzada y apoyada en el banco y los brazos cruzados alrededor Égon la miró a su vez:

-“¿Y qué importa eso? Siempre acabamos encontrándonos por la ciudad. Es mejor así”-

Tanja apoyó los brazos sobre el banco delante de ella. No se daba por vencida:

-“¿Pero por qué?”-

Égon se incorporó repentinamente, marchándose y dejando a Tanja sentada en el banco.

-“… ¿Pero qué?”-

-“Ya que no quieres dejar las cosas como están, es mejor no vernos nunca más”-

Tanja se puso también de pie, muy confundida sintiendo miedo de que él hubiese hablado en serio.

Égon se alejaba. No bromeaba.

-“¡Bueno!, no insistiré. LO PROMETO”-exclamó precipitadamente la chica.

Égon la miró y le sonrió satisfecho:

-“Te creo”-

__________

La luz de neón del videoclub junto a la casa iluminaba lo suficientemente como para que Tanja pudiera acertar con la llave del portal. Después de encender la luz del recibidor, preguntó:

-“¿Hay alguien?... ¿mamá?”-

Al no recibir respuesta, atravesó la sala de estar apoyó la mano sobre el pomo de la puerta del dormitorio principal y tras abrirla, volvió a preguntar:

-“… ¿Mamá?, ¿duermes?”-

Silencio.

Tanja encendió la luz y observó pensativa una cama vacía. Sin saber qué hacer, regresó a la sala de estar y se sentó bruscamente en el sofá:

-“¡Otra vez anda fuera! ¡Otra vez salió sin decirme cuando regresará!... ¿dónde estará ahora y con quién?”-

¡RINNNG!

Tanja observó hipnotizada como el teléfono sonaba.

Finalmente, lo descolgó y se acercó el auricular al oído.

-“¿Sí?”-

-“¿Eres Tanja?”-

-“… Sí. ¿Quién es?”-

-“¡Ah!, soy Tom Write. Somos compañeros de clase…”-

-“Sí, ya. Te recuerdo… ¿qué ocurre?”-

-“Verás. Tu… tu madre… está en nuestra casa”-

Era un edificio bonito. Sólo dos plantas de buganvilla y dos farolas a cada lado del portal presidían la entrada. La puerta estaba abierta y la luz del recibidor, también. Eran las 12:45 de la noche. Tanja escuchaba imperturbable dentro de la sala de estar de los Write lo que estaban diciéndole:

-“Siento todo esto, Tanja. Tu madre y yo estuvimos bebiendo demasiado durante un buen rato… y no pudo aguantarlo. Ahora se encuentra mejor. Claro…”-

Brent Write miró incómodo a la chica. Apoyaba una bolsa de hielo sobre su cabeza. Tom estaba tras él con las manos en los bolsillos y expresión avergonzada.

La débil excusa rebotó en el estómago de Tanja, pero al ver a Marie aparecer de pronto con una mano en la frente y aspecto demajado, su enojo se disparó:

-“… Tanja. Estás aquí… perdona, hija. Debí avisarte. Pero… ¿recuerdas aquel día en el supermercado? Intenté decirte que Brent es el padre de Tom… que Brent y yo estamos juntos…”-murmuró la mujer embarazosamente.

La mirada de Tanja atravesó enojada al hombre y a su madre.

Marie continuó diciéndole:

-“… Como ha pasado tanto tiempo desde aquello… creía que ya lo sabías. Tanja…”-

Ella no contestó. Se limitó a girarse y salir de allí. Tom la siguió detrás.

Tanja caminó por la acera sin dirección fija.

-“¡Tanja!”-gritó Tom.-“¿A dónde vas, Tanja?”-

Sin pararse y cabizbaja ella le contestó:

-“¿Y a ti qué te importa? ¡Ahora ya sé que Marie está bien con vosotros!”-

-“¡No puedes irte sola por ahí a estas horas!”-exclamó Tom preocupado. –“¡Espera te acompaño a tu casa!”-

-“NO. DÉJAME, TOM. ESTOY ACOSTUMBRADA A ESTAR SOLA”-

-“Pero eso era antes. Si nos dejas, mi padre y yo, deseamos quererte”-murmuró Tom con timidez.

Tanja se detuvo y pensativa, mirándolo con pena, contestó al chico:

-“Tom. ¿Has pensado si yo podría quereros a vosotros?”-y sin esperar una respuesta continuó diciéndole:

-“Puede que nunca llegue a quereros, ¿eh?”-

Parado en seco, Tom la vio alejarse.

Era extraño que rozando ya las 1:15 de la madrugada, aún estuviera abierta aquella cafetería-bar. Aunque en opinión de Tanja pronto tendría que irse también de allí. El amable dueño, un hombre de edad avanzada, no tuvo inconveniente en servirle un café caliente. Estaban solos. Pero eso era hace 30 minutos. Ahora el hombre barría el local, mientras ella, con los codos apoyados en la mesa de fornica observaba la oscuridad de la noche a través del cristal.

-“Da igual… no me importa nada. En realidad no necesito a nadie”-

El dueño del local se le acercó con escoba en mano:

_”Lo siento hija, pero voy a cerrar. Mejor vuelve a casa”-

Tanja pagó el café y salió al exterior. Y allí delante de la puerta de la cafetería-bar, quedó parada sin decidir a irse. Sentía que iba a llorar de un momento a otro.

-“Puedo aguantar esta soledad. Sé que puedo y lo haré”-

Una sombra humana proyectada en la acera por la luz mortecina de la farola, confundió a Tanja que recelosa, intentó entrever quien era.

-“¡ARRIBA EL ÁNIMADO, CHICA!”-

Al oír aquella voz tan familiar de nuevo, el valor del que había intentado hace acopio, se esfumó. Andando automáticamente hacia aquella sombra de brazos extendidos y abiertos, supo que él nunca la dejaría sola.

Llorando desconsoladamente entre los brazos de Égon, Tanja le exclamó desesperadamente:

-“¡¡Por favor llévame contigo!!”-

Sonriendo, él le respondió:

-“No puedo hacer eso, Tanja”-

Ella barbotó sin entender:

-“Pe-pe…pero… ¿Por qué no?”-

Con la mirada lejana y expresión pensativa Égon dijo.

-“Tanja… ¿recuerdas lo que te dije sobre la familia?”-

Ella asintió entre hipidos.

-“Algún día… comprenderás que es bueno tener una familia y que es bueno soportar problemas familiares o preocuparte por cosas tan simples que parecen estúpidas… porque es algo que otros no tuvieron la oportunidad de vivir”-

Tanja lo miró fijamente y extrañada.

Él volvió a sonreír:

-“Vine a ti para ayudarte. Pero tú ya no me necesitas. Ahora hay alguien que cuidará de ti. Ya no estarás sola. Es el momento de que me vaya”-

-“¿¿Cómo??”-

-“Sólo vine a decírtelo”-

Égon separó unos pasos a Tanja de él.

-“¡¡NO!!”- exclamó ella intentando acercarse al chico.

Envuelto en un fondo de cálidas luces blancas y brillantes, Égon estaba difuminándose y haciéndose inmaterial, invisible a los ojos de Tanja.

-“¡¡NO ME DEJES!!”-exclamó extendiendo el brazo y encontrando sólo vacío. –“¡¡POR FAVOR, ESPERA!!...”-

La voz de Égon, lejana reconfortaba a Tanja:

-“Llegará el día en el que seas feliz… Entonces, volveré otra vez”-

Tilín. Tilín-tilín. Tilín…

Las luces desaparecieron, y Égon con ellas. El extraño cascabel de lazo rojo dejó de sonar.

Tanja quedó sola, consternada, bajo la luz mortecina de la farola. Todo estaba en silencio.

-“Volveré otra vez”-

-“¡Tanja!”-

Tanja se giró. Era Tom. Montado en bicicleta y con expresión preocupada en el rostro.

-“Menos mal que te encuentro. Estás bien, ¿verdad?”-

Tanja asintió con la cabeza.

-“¿Qué hace eso ahí?...”-señaló Tom al pie de la farola.

Tanja miró el lugar donde Tom decía, a sus pies.

El cascabel de lazo rojo permanecía en la acera. Ella lo miró.

-“… ¿Es tuyo?”-

Y de repente, Tanja recordó al joven que la ayudó a buscar a su madre cuando era niña. Recordó que era Égon quien le había ayudado. Recordó que aquella vez también llevaba un extraño cascabel de lazo rojo. Ese cascabel.

-“¿Te has perdido, eh?”-

-“Espera, que adivino tu nombre. Te llamas… ¿Tanja?”-

-“¿Dónde te busco si quiero verte?”-

-“¿Pero no estudias, ni trabajas?”-

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

Tanja cogió el cascabel de la acera y después montó en la bicicleta de Tom. Por el camino, Tanja le contó la historia a Tom. Y él, que la estuvo buscando todo el tiempo, la creyó.

Los recuerdos de la joven se apaciguan lentamente como hojas que caen sobre la tierra tras ser traídas por la brisa.

Tilín. Tilín-tilín. Tilín…

Tanja permanece en silencio.

-“¿Qué tal?”-le pregunta Égon mirándola sereno, sonriendo.

-“Feliz”-le contesta ella devolviéndole la sonrisa.

La sonrisa del joven se acentúa:

-“Me alegro”-

Égon vuelve a girarse lentamente. Antes de terminar de hacerlo, ya ha desaparecido entre la gente.

Tanja roza con los dedos su propio y extraño cascabel prendido con un lazo rojo en su vestido:

Tilín. Tilín-tilín. Tilín.

Luego vuelve a sonreír.